LOS ZAPATOS ROJOS DE CARLA
Había una vez, una joven llamada Carla que tenía los zapatos rojos. Vivía en una ciudad en la que nadie usaba zapatos, sino tenis. Esto hacía que todos se fijaran en ella, pero además, como tenía los zapatos rojos y brillantes, más se notaba que era distinta a todos, era demasiado bonita para muchos, por lo tanto tenía muchos pretendientes.
Sus zapatos la hacían alguien muy especial, esa joven podía volar con sus zapatos y viajar a otras épocas o lugares del mundo acompañada de tantas personas como ella quisiera.
Carla tenía muchos pretendientes muy guapos, pero no eran dignos de ella ni de su gran corazón, dado a que todos eran unos engreídos, no faltaba hombre que fuera y a los 10 minutos ya tenía la puerta en la cara.
Carla, cada día se entristecía más, preguntándose si algún día vería y tendría en su casa a un hombre de corazón bondadoso.
Esa misma tarde un joven llamado Arturo muy apuesto montado en un caballo muy bello y cuidado, toco a la puerta de aquella joven, ella que ya no tenía ni la más mínima esperanza, al principio no quiso interactuar demasiado con él pero minutos después comenzaron a planear la boda.
Tuvieron tres trillizas y tres trillizos, a los muchachos, su padre les creó unos tenis azules que se podían transportar y a las niñas su madre les creo otros zapatos rojos.
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